Nour Swirki

Periodista de Gaza. Madre de Aliaa y Jamal. Nour y su familia fueron desplazadas al sur de la Franja. Pese a este desplazamiento, sigue cubriendo las noticias de guerra para diversas plataformas de medios.  

19 de octubre de 2023, 09:19

 Cada mañana me levanto y miro el techo. Éste no es el techo de mi casa, éstas no son mis ventanas, con un montón de ropa colgando de ellas. A mi derecha, a mi izquierda, mi familia y yo dormimos en fila, uno junto al otro. ¿Pero quiénes son estas personas que nos rodean? Cómo nos ha reunido el mundo para dormir en el mismo lugar cuando hace unos segundos no nos conocíamos... Cada día me despierto con la esperanza de que sea una pesadilla: de que abriré los ojos en mi habitación y llamaré a mi hija Aliaa, porque ya se calienta la leche y yo puedo preparar mi Nescafé y beberlo junto a mis plantas. Quizás ya han muerto, habiéndose quedado solas en casa. Cada mañana creo que todas las noticias…, que volveremos a encontrar a los seres queridos que se fueron, y nos están esperando. Dios mío, cada mañana me aseguro del día y la fecha. El tiempo se paró dentro de mí el 7 de octubre, y no quiero que el tiempo pase después de esto. Oh, Dios, cada mañana se abren las puertas del infierno dentro de mi corazón. Dios mío, me duele el corazón.

 

20 de octubre de 2023, 09:06

 Buenos días, miserable planeta,

Es el decimoquinto día.

El dolor de espalda no me ha dejado desde ayer... Duermo en un colchón que comparto con mi hijo, sin almohada, y comparto manta con dos personas más. Y esto es lo que hacen aquí todas las madres. Parece una especie de lujo, después de haber dormido en el suelo en la escuela donde nos refugiamos. El suelo estaba muy sucio, y parecía tener todas las enfermedades del mundo en cada una de sus baldosas. La gente me pisaba y yo levantaba la mirada a los pies y oía que algunos se disculpaban, mientras otros no le daban ninguna importancia a mi cuerpo, que estaba en el suelo.

Nuestro día comienza a las seis de la mañana porque hay tres bebés en el refugio: el más pequeño tiene tres semanas y se llama Salam; hay una niña, llamada Karmel, de no más de dos meses; y Kareem, que tiene seis meses. Esta mañana, Dios nos ha bendecido a todos con la pronta llegada de un nuevo bebé, que será el hijo de todas las madres del refugio: se llama Nidal... Hemos intentado crear un espacio privado para la madre y su hijo. Estamos esperando a que lleguen bajo el fuego del bombardeo y de los ataques aéreos…

 

25 de octubre de 2023, 09:05

 Echo mucho de menos mi casa.

 

29 de octubre de 2023, 09:19

 Después de cortar las comunicaciones... Gracias a Dios estamos bien, estamos vivos... Ayer cambiamos la hora al horario de invierno y los relojes se despistaron.

Habríamos perdido la primera hora de trabajo y nuestros hijos se habrían confundido con el horario de la escuela, pero nada de eso ocurrió... Hemos perdido toda una vida en los últimos veintiún días... Israel no va a retrasar el reloj sesenta minutos: lo retrasó al menos medio siglo. Ha destruido nuestro querido país. Ha matado a nuestros seres queridos. Nos ha aislado del mundo, bajo el fuego y el bombardeo intenso. Ayer, al menos quinientas personas fueron martirizadas.

 

1 de noviembre de 2023, 22:09

Hoy Aliaa me ha preguntado, «mamá, ¿es posible que nuestra casa todavía esté viva?»

Sí, por Dios, echamos de menos nuestra casa. Somos una familia de cinco personas; una madre, un padre, una hija, un hijo y una casa.

 

5 de noviembre de 2023, 10:56

Cada vez que leo una noticia sobre la muerte de gente que conocíamos, o veo imágenes de gente llorando a sus seres queridos, imágenes de los cadáveres y de los niños y la destrucción…, me siento mareada, como si estuviera cayendo del millonésimo piso al suelo. Empiezo a sudar y, literalmente, pierdo la respiración.

Quizás no tengamos tiempo para estar tristes y no tengamos tiempo para llorar, pero nuestros cuerpos reaccionan de forma confusa... Todavía estamos intentando vivir y resistir cualquier pérdida en esta situación aterradora, pero ¿hasta cuándo conseguiremos aguantar? No lo sé, realmente no lo sé... Oh, Salvador, ¡sálvanos!

 

5 de noviembre de 2023, 17:27

Esta es la hora habitual en la que vuelvo a casa del trabajo: hablaba por el móvil. Como de costumbre, Salem me llevaba a casa. Nos acercamos al lugar donde me estoy quedando temporalmente como desplazada, cuando la carretera, de repente, dejó de ser visible, y percibí olor a pólvora... Empecé a decirle a Salem, «no sigas conduciendo, quizás volverán a bombardear», y venían las ambulancias detrás de nosotros. Salem tiene los nervios fuertes: condujo detrás de las ambulancias mientras decía, «nuestros hijos están ahí, tenemos que verlos...». No sé si pasaron dos minutos o más hasta que vi el edificio y le dije, «el edificio sigue en pie, está bien, está bien». Me dejó allí y siguió conduciendo con las ambulancias…

Esa sensación y esos dos minutos fueron como toda la vida. Sin nervios y sin comprensión… Gracias a Dios.

 

7 de noviembre de 2023, 11:25

Echo de menos mi casa. Echo de menos Gaza. Nadie está mejor que nadie: el ser querido y el extraño se consuelan mutuamente con palabras pacientes. A veces una palabra puede marcar la diferencia cuando estás desesperado. No os perdáis de vista, los unos a los otros... Todas nuestras circunstancias cambiaron: ojalá que nosotros no cambiemos. Todos estamos viviendo la peor experiencia de nuestras vidas. Todos sabemos que es un momento difícil, tan difícil…, oh, Dios… ¿nos escuchas?!

 

8 de noviembre de 2023, 12:05

La primera vez que viajé fuera de Gaza era bastante mayor, como la mayoría de los habitantes de Gaza: vivimos privados de esta alegría. El hotel olía a melocotón... Desde entonces perfumo mi casa con melocotones, y cada vez que lo hago le digo a Salem, «Dios, es el olor de los viajes». Llegó un punto en el que él empezó a decir, cada vez que perfumaba la casa, «¿sabes qué te dirá tu madre? El olor de los viajes”, y se reía de mí. En nuestro refugio, debido a la cantidad de gente que hay ahí, hemos utilizado un ambientador, que por casualidad olía a melocotón. A partir de aquel momento el aroma ha empezado a recordarme al baño de los desplazados…

Las cosas más sencillas, conectadas con nuestros recuerdos felices, también se están destruyendo. Quizás esto parece trivial a quien le lee de fuera: pero nuestro corazón se rompe con los detalles más pequeños y sencillos.

 

11 de noviembre de 2023, 20:25

Hoy no he hecho nada. No trabajé. Salí y compré unas cuantas cosas muy normales: comida y algunas otras cosas. Todo ello nos llevó una hora de andar e ir a cinco tiendas para conseguir sólo algunas de las cosas que necesitábamos. Las tiendas están muy, muy vacías. Pasé el día aquí en este sitio, que aún no sé cómo denominar: lo que es seguro es que no le llamaré «mi casa» o «casa». «Mi casa» y «casa» están allí, en Gaza. He pasado el día en el móvil, mirando fotos. Me he reído en algún momento, en algún otro momento he sentido como si mi corazón se encendiera… Sigo diciendo, Dios mío, si no fuera por estas fotos, habría pensado que toda mi vida fue un sueño; como si fuera una vida anterior, sin ninguna prueba de haber existido nunca. Llamo a mis amigos y bromeamos y hacemos el tonto unos con otros. Todos sabemos que esta situación nos supera y queremos volver atrás... No dejo de preguntarles, «¿Y si volvemos?». Ninguno lo sabemos: la mejor respuesta fue, «vamos a tardar, pero volveremos». Mi único deseo es volver atrás. Veo fotos del ejército y los tanques en lugares como Aljundi, Albahr, Alrimal, Alsina'a. ¡No sé cuándo acabará esta guerra y cuándo volveremos! Sé que quiero a mi casa y quiero a Gaza. Hace tiempo que lo digo, y la gente se ríe de mí. Cada vez que viajo y vuelvo con lágrimas a los ojos al paso fronterizo, es porque la he echado de menos, y me dicen, «¡estás loca! ¿Qué te gusta de Gaza?¡Emigra!». Pero me gusta mucho, hasta el punto de que mi corazón no se entiende. Siento como si faltara algo en mi alma.

Te echo de menos, mi casa. Te echo de menos, Gaza 💔

Nour, su marido, su hija y su hijo huyeron de su casa, situada en la ciudad de Gaza. Sigue escribiendo desde su refugio.